jueves, 5 de julio de 2012

España soberbia


Los odio porque se han robado lo que más quiero. Han secuestrado el fútbol, le han quitado azar y han terminado desafiando todo lo escrito en los últimos 100 años sobre este deporte. Da igual que en la final hayan practicado mucho mejor fútbol de lo que han hecho en los últimos cuatro años. Da igual que jugaran partidos terribles durantes años, llevando lo ilógico y antinatural al extremo, porque ganaban siempre. Odio el fútbol de la España de Del Bosque, que no de la de Aragonés, porque convierte en falsa la máxima que hace de este deporte bello, justo y poético. Aunque suene irónico decirlo después de su mejor partido, la España de Vicente nos lleva cuatro años diciendo que al fútbol no gana el que mejor juegue.

La soberbia es una virtud elevada, contrario a lo que se piensa hoy día. El ser soberbio es un convencido de sus virtudes, conoce sus defectos y es lo suficientemente inteligente para aceptar ambos y sacar provecho de los primeros, y esconder los segundos. España es un equipo soberbio, que no de juego soberbio, el cual sólo se vio en pocas oportunidades en la era Del Bosque, lo cual no es malo. Si la soberbia es virtud elevada del ser humano, también lo es, por consiguiente, para los jugadores y los equipos de fútbol. Todos los grandes equipos de la historia han sido soberbios, todos los grandes jugadores lo son y lo han sido. Para ser el mejor es necesario. España llevó el concepto más allá y, desde mi punto de vista, subjetivo y profundamente idealista, rompió los límites que la esfera fútbol había puesto como especie de “check and balance”  auto-regulador que controlaba sus vicios y potenciaba sus colosales virtudes.

Si bien es cierto que la Euro 2012 enfrentó en la final a, seguramente, los dos mejores equipos del torneo, y visto así, el triunfo de España no es nada transgresor de esa burbuja autoreguladora, el tema en realidad va mucho más allá. Así España hubiese jugador un partido calcado a su francamente mala actuación ante Croacia, hubieran ganado. Lo hubieran hecho, incluso, aunque Pirlo y Cassano hubieran rejuvenecido a 2004 o 2005. Es la misma historia de siempre. Desde el pitido final en 2008, España es soberbia, y, gracias a lo hecho por Pep Guardiola, Florentino Pérez y José Mourinho, sus jugadores han llegado a convertir esa virtud en una tiranía. Todos caen subyugados ante España más allá de que juegue mal, bien o brillantemente porque en la mente de los españoles está, reconocido como un hecho inapelable, que son no sólo mejores, sino superiores, y en la mente de los rivales esa superioridad también es notoria. Desde 2008 a 2012, España, o alguno de sus clubes, han ganado prácticamente todo. Su bloque fuerte está conformado por jugadores del mejor equipo de la historia, y de jugadores que han tenido la misión de luchar contra los mejores… Y han ganado algunas veces. Son super soldados acostumbrados a un grado de competitividad sin parangón, al menos en la historia de este deporte, desconozco en los otros, aunque me costaría creer que hay símil.

Analizar futbolísticamente a España es innecesario, improcedente y absurdo. Durantes años jugaron un fútbol de problemas endémicos que harían sonrojar a cualquier entrenador… Pero ganaron. Hoy ya ni siquiera está la excusa de la posesión interminable como método todopoderoso que los hacía invencibles. A Italia la humillaron sin ella. España no se entiende desde el fútbol porque los de Del Bosque han llevado este deporte a otra esfera, mucho más humana, es decir, a una esfera llena de miedo, duda, inseguridad y falta de convicción. En España esos conceptos son ajenos, extraños, inexistentes. Están por fuera y por encima de ello. Mientras los demás equipos se convierten en fieles copias de Clark Kent, España es Superman y ahí no hay color.

El fútbol nouscentrico, aquel que basa su poder en la mente humana y el control y desarrollo de las emociones, en lugar de aparatos futbolísticos convencionales pertenecientes al mundo ideal, esa esfera autoreguladora, ya existía. España ha hecho de él una tiranía legendaria, entre otras cosas, porque con este equipo pasa que, aunque vestidos de rojo no lo demuestren muchas veces, aquello que en sus mentes se dibuja es cierto: Son los mejores.