miércoles, 25 de enero de 2012

Pensamientos en voz alta



Clásico va, clásico viene, y el entorno, crispado, exaltado y enojado, unos heridos en su orgullo, otros orgullosos de una falsa superioridad moral, atacan, gritan y vociferan por doquier. Las palabras se repiten como paredes en un laberinto sin entrada ni salida, y las guerras dialécticas se toman el centro de una discusión que cada día se aleja más del fútbol y que, cuando pretende acercarse a él, se enfrenta a magistrados con prejuicios y megáfono, que defiende desde su atril reflexiones llenas de ventajismo, con un tufo a querer hacer coincidir a los hechos con preconcebidas opiniones y no a las opiniones con lo acontecido en el campo.

En ese abominable ambiente, perdedores de corazón débil, ganadores, bien incapaces de reconocer virtud al gallardo rival al que casi siempre han vencido, bien afanados de reafirmar no sólo su superioridad futbolística, que es real, sino adentrándose en batallas morales e ideológicas, y neutrales sin motivos objetivos, confluyen todos para atacar a José Mourinho.

Lo acusan de todo. De aquello sobre lo que tiene control, de aquello sobre lo que no tiene; de aquello de lo que es culpable único, de aquello de lo que es culpable compartido y de aquello de lo que no es culpable. En palabras de muchos, el portugués es la caja de pandora del fútbol, que Florentino se atrevió a traer a la liga BBVA y a abrirla, liberando todos los demonios que aterrorizan al fútbol en España. Y Mourinho genera todo eso. Su personalidad arrolladora lleva a que lo odies, o lo ames. Engreído, arrogante, satírico, políticamente incorrecto, defensor a muerte de los suyos, genio. 

Aún así, más allá de José Mourinho, El personaje, está José Mourinho, El entrenador. Y si en la primera versión es increíble, en la segunda es... El mejor. Las opiniones contrarias a esta, la mía y la de muchos con los que suelo hablar de fútbol, cada día, cada hora, son más que respetables. Los que lo ponen segundo, tras Guardiola, tienen argumentos muy sólidos y fuertes para defender esa postura. Aquellos, y son muchos, lastimosamente, que denigran de él, y lo achacan de mezquino, violento y demás "atributos" de carácter peyorativo, no sólo no conocen, y en demasiados casos porque no quieren hacerlo, al luso, sino que, y permítanme la incorreción política, es falso e intolerable, por decir poco.

Mourinho llegó a una liga española que cocinaba a uno de esos equipos que se merecen el rotulo de "mejor de la historia". Tercer año de proyecto blaugrana, primer año de proyecto madridista en manos de Mou. El Barcelona llegó a su cenit tras vapulear 5-0 a un incipiente Real Madrid, que ya, en muy poco tiempo, jugaba muy bien al fútbol. Luego vendría el play-off, 4 partidos en un mes en los cuáles la figura de Mourinho brilló, y brindó dosis de fútbol, vía propuestas tácticas y futbolísticas, para hacer frente al equipo de Guardiola. Cuatro partidos que tuvieron como climax la final de la Copa del Rey, y que dejaron muy en alto el nombre, tanto de casi todos los futbolistas que los disputaron, como de ambos entrenadores. Un maravilloso mes de fútbol, de proposición de problemas y soluciones, de fútbol, fútbol, fútbol.  Dónde unos quieren ver a un tipo mezquino hacía este deporte, se pierden a un entrenador capaz de regalar y regalar fútbol para aquellos que, prejuicios atrás, quieran disfrutarlo.

Este curso, por ejemplo, mientras Guardiola compite y trata de experimentar, Mourinho ha logrado que su Real Madrid evolucione. Su equipo juega un fútbol titánico, que ya hemos descrito en entradas anteriores. Mas, dónde el Real juega, y mucho, son varios quiénes niegan virtud cualquiera al equipo merengue y su polémico entrenador. Le niegan su logros, amplifican sus errores, que, obvio, comete como todos, y le añaden cosas que no ha cometido. 

Y son los Barcelona - Real Madrid, o Real Madrid-Barcelona, los escenarios perfectos para que esta carrera de desprestigio tome lugar en atriles más altos y megáfonos con más decibelios. El Real Madrid, equipo colosal, se enfrenta al mejor Barcelona de la historia, con una serie de ventajas estratégicas que hacen muy difícil la labor de Mourinho. Genio, como es, evoluciona, diseña y plantea siempre nuevos escenarios desde los que dañarlos, pero Pep, genio, también, reacciona y pone de plano sus ventajas. 

Describir, cronologicamente, la evolución táctica del clásico, desde el Alves vs Di María del minuto 5 del primero de los duelos, hasta el 1+3 de Guardiola para defenderse del Real Madrid del 3-3-1-3, sería, seguramente, una actividad extremadamente interesante y enriquecedora, pero hoy, ante la avalancha de lecturas que no tienen en cuenta la multitud de factores con los que se enfrenta Mourinho, creo más importante resaltar las premisas del partido, las preguntas desde las que nacen las respuestas, brillantes, de los dos mejores entrenadores del planeta, y que han llevado a la ya citada evolución. 

La premisa más importante, y la más cacareada, pero no por eso más interiorizada, es que el Barcelona va a tener la pelota. En toda la historia del balompié no hay un equipo más preparado técnica, táctica, física y futbolísticamente para tener el balón, y tampoco más predispuesto a hacerlo. Sólo hay un balón y el Barcelona lo monopoliza. El Madrid, a pesar de ser un equipo de transición, necesita el balón. Esta diseñado para tener la pelota muchas veces, y sus partidos así resultan. Cuando no tiene el balón sufre, y se ve desnaturalizado, en mayor o menor medida dependiendo del contexto. Ambos equipos se adaptan a su rival, más, o menos, pero sólo el Barcelona tiene poder para desnaturalizar al otro. 

¿Y no tiene armas el Madrid para ganar la posesión? No. El fútbol, en su amplitud y pluralismo, da para todo. El Madrid tiene futbolista de élite, de calidad contrastada, mas su juego se desarrolla y se potencia de otra forma. Los mejores futbolistas del Madrid sienten un fútbol distinto al de los futbolistas blaugranas, con la gran excepción de Benzema, y quizá Xabi Alonso y Marcelo. Y el Madrid, como institución misma, tiene una sensibilidad distinta. Aunque el Madrid, y sus futbolistas, necesitan del balón, sienten un fútbol mucho más agresivo, vertical y directo. La paciencia del Barcelona no existe en el Madrid, y no es un ataque a los merengues, sino un simple ejercicio de distinción. El Madrid disfruta creando ocasiones, corriendo y haciendo correr hacía atrás a su rival, golpeando de forma consecutiva y sin parar. Puede que suena a argumento débil, pero la realidad es que si el Real Madrid inténtase tener la pelota más que el Barça, necesitaría hacer cosas que aburrirían a sus futbolistas. Y lo peor que un entrenador puede hacer, es ir en contra de las necesidades de aquellos a quiénes dirige.

Y así llegamos, al tercer punto: Messi. El Barcelona cuenta en sus filas con Lionel Messi, posiblemente el mejor futbolista de la historia, y el más resolutivo, esto sí sin dudas. El argentino tiene la curiosa capacidad de crear peligro de gol con su simple recepción, en casi cualquier parte del campo, en un deporte de pocos goles, en los que triunfa el detalle. Este, argumento potentísimo, deja casi sin opciones a Mourinho. Si nos trasladamos al Ajedrez, es como si, desde el inicio de la partida, Pep tuviese una Reina y Mourinho no, e incluso, peor. La capacidad resolutiva de Lionel Messi es lo más diferencial de la historia de este deporte, y en las semis de la Champions, así como en el primer clásico liguero de la temporada 2011-2012, el argentino lo dejó bien claro. 


Como defender a Messi se vuelve un imperativo no negociable, las opciones de destaparse en campo propio y defender la posesión de los de Pep, desde la salida misma del equipo blaugrana, buscando una pérdida en campo contrario y establecer ráfagas de ataque posicional, planteamiento pedido a gritos por cierto sector de la afición, se vuelve de difícil ejecución exitosa. Como dijo Abel Rojas por twitter, el Barça del 70% de posesión hace menos daño que Messi, y las opciones del Madrid se reducen si se le dan facilidades al rosarino.

¿Y qué pasa si Messi no aparece en el partido con el fulgor habitual? Hoy la respuesta es distinta a la de hace un año. La temporada 2010-2011 fue el mejor año de Xavi, en el que se consagró como futbolista y tuvo más peso que nunca en su carrera, llegando a condicionar, y mucho, los partidos con más contenido futbolístico posibles actualmente. Y los condicionaba desde la posesión defensiva. Xavi no la pierde nunca y es capaz de hacer que en un partido no pase nada. Si el Madrid triunfa en su discurso más natural y agresivo, generando ocasiones, transitando con un buen volumen ofensivo, y Messi no le gana el partido al Barcelona, la opción Xavi aparecía, y en el partido dejaban de haber ocasiones, el Madrid dejaba de generar pérdidas blaugranas y termina cediendo ante Xavi que, jugando a que "no se juegue", retomaba la naturalidad al Barcelona, que, con el peaje de perder profundidad, salvo la activación de Iniesta, se sentía cómodo. Esta temporada Xavi no ha aparecido con la grandeza de la anterior, y el Barcelona ha comenzado un proceso de evolución hacía otra cosa, como ya lo hiciese durante la segunda parte de la temporada 2009-2010. Sin Xavi 10/11, incapaz de imponerse en el campo, aparece Iniesta. En el partido de ida, el Madrid no apostó por la versión que más gusta a la prensa especializada, pero Messi no estuvo, y aunque condicionó, y decidió, fue Iniesta, además de Alexis, de quién hablaré más adelante, quién destruyó el sistema merengue. Iniesta no es recepción-gol, pero es un cuchillo que recibe por fuera, corta por dentro y planta a su equipo en la frontal, sin que el rival pueda reaccionar. Y eso es un precio pagable, pero se parte de un supuesto imposible: Messi, en su peor día, es capaz de decidir cualquier partido de fútbol.

Durante el play-off, Mourinho logró controlar el fútbol del argentino desde una dirección magnífica. Las premisas anteriores marcaban claramente las respuestas tácticas de Mourinho, y su solución se basó en la concentración de fútbol del Barcelona en sólo tres futbolistas separados por muy pocos metros. Mourinho dispuso a su equipo para defender la recepción de Xavi, Iniesta y Messi, expulsando a los primeros a zonas dónde no hacen tanto daño, dificultando su recepción de cara y desactivando a Messi tanto como por la presión interior, como por la libertad que tenían los centrales del Madrid para salir a anticiparlo. El Madrid logró dominar, transitar y dañar al Barcelona, generando un volumen ofensivo generoso que hizo creer al equipo, activándoles emocionalmente el día de la final de Copa para los 45 minutos de repaso culé en la segunda parte. Mourinho había aceptado la desnaturalización gradual, había abrazado las virtudes y los principios futbolísticos fundantes de su equipo, y había sacado un gran planteamiento, insostenible tantas veces seguidas, pero que les dio mayor dominio global en los primeros 200 minutos del play-off.... Y un título.

Y entonces el Barcelona fichó a Alexis Sánchez. En un principio pensado para la acción individual por fuera, como extremo, para corregir la falta de determinación y poder de atracción que tuvo el Barça en los costados, que bien aprovechó Mourinho para reforzar su defensa del triángulo de fútbol azulgrana. Sin embargo, tanto la evolución del propio Barcelona, como la del Madrid, llevaron a pensar a Alexis en un rol distinto. Con Messi abandonando el rol de falso 9, jugando con muchísima más libertad por todo el frente de ataque, Guardiola inició con Cesc llenando el vacío en el área, pero el 10 de diciembre se presentó con Alexis de 9. El chileno y su actividad, apoyo, arrastre y ruptura se codeó con la pareja de centrales merengue, dando una mayor libertad a Messi de la que el mismo planteamiento del Madrid le daba. El Madrid anuló colectivamente al Barcelona, lo desnaturalizó por primera vez y sólo una mala actuación de varios de sus hombres clave, y lo bien, y exageradamente bien, respectivamente, que jugaron Alexis y Messi sostuvieron al Barcelona.

¿Y qué pasó? Messi. El argentino no sólo fue insultantemente superior al resto de futbolistas, clarificó la vía al gol del empate culé, sino que además materializó la superioridad emocional del Barcelona sobre el Madrid y es este, y no otro, el factor que da pie a las goleadas y baños futbolísticos. El Madrid tiene, ante el Barça, una mente de cristal, y ante el primer golpe culé, el primer slalom imparable de Messi o cualquier golpe anímico, desaparece del partido. Así pasó en el 5-0, pasó en las semis de Champions, pasó en el partido de liga y pasó en la idea de cuartos de Copa. Sólo en la final de Mestalla, dónde unos pletóricos 45 minutos dieron un colchón emocional fortísimo y suficiente para soportar la posterior embestida del Barça, y en los dos partidos en los que Mourinho no tenía nada que perder, en primer partido del play-off, pues la liga ya estaba virtualmente sentenciada, y en el partido de esta tarde, el Madrid pudo superar la ligereza mental que lo atormenta y competir hasta el último minuto. Allí está la gran deuda de Mourinho, y no en sus planteamientos que, salvo el 5-0, fueron todos correctos y exigieron al Barcelona.


Cabe destacar, finalmente, que el partido de hoy y su éxito mediático, están condicionados. Y lo están porque el Madrid no se jugaba nada, ya estaba perdiendo, podía permitirse el error y podía permitirse a Messi. Lo hicieron, y dominaron, fueron más que el Barcelona, salvo en los brillantes 15 minutos finales, y, tal como en la prórroga de la final, pusieron al Barcelona contra las cuerdas. Y, aún así, no ganaron. Messi desequilibró y el Madrid lo soporto anímicamente por las condiciones especiales del partido. En un contexto normal, tras el primer slalom de Lionel, el Madrid se hubiese derrumbado.

El reto al que se enfrenta Mourinho no tiene parangón en la historia. Ninguno de los grandes equipos que coincidieron en época con uno mucho más grande, convivió tan cerca con el otro. El Real Madrid se enfrenta al Barcelona a diario, y el impacto emocional es mucho más profundo y marcado. Cuando Mourinho, por fútbol, se ha acercado, el Barcelona lo ha desactivado por la superioridad emocional que posee. Es un reto no sólo futbolístico, o táctico, parcelas en las que Mourinho ha rozado muchas veces la excelencia, es algo mucho más grande. 

Enfrente el mejor equipo de la historia, el mejor jugador de la historia y un entrenador de leyenda. Y compiten. Se merecen mil aplausos. 

15 comentarios:

  1. Buenísima entrada, a marcadores del tirón.

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  2. Brillante. Enhorabuena. Poco a poco voy encontrando rincones para poder salir de la prensa deportiva oficial y masiva que tenemos, y este es uno de ellos.

    Gracias

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  3. Excelente entrada.

    Un análisis perfecto imposible de encontrar en el periodismo deportivo.

    Aunque quizás menosprecie un poco la gran tarea de presión con superioridad que hace el Barcelona cada vez que no tiene el balón y que es obligada por Guardiola a sus jugadores que tampoco es que sean muy defensivos como los de Mourinho. En este apartado Mourinho es donde menos consigue que sus jugadores le hagan caso o donde menos ha intentado el hacer daño al Barcelona. Creo que la presión a la salida del balón es correcta pero no se intenta con superiodad como hace el Barcelona, según Pep se defiende el balón no el campo.

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  4. @motosexual

    Muchas gracias

    @ Anónimo

    Muchas gracias por los halagos!

    @Quiquesb

    Primero que todo gracias! Luego, respecto a lo que dices, hay varias cosas. La presión del Barça es consecuencia total de su juego con pelota. El Barça avanza, se organiza y se ordena desde el balón, desorganiza al rival y cuando pierde la pelota... La pierde bien, en zonas dónde la transición ofensiva del rival se hace dificultosa, y dónde tiene una cantidad de efectivos por detrás de la pelota que les permite presionar y robar rápido en campo contrario. Si el Barça no logra ser profundo, véase el primer partido del play-off, por ejemplo, o no logra tener una circulación adecuada, y llevar el balón a campo contrario, véase primera mitad de la final de Copa, la presión va a ser insuficiente, va a tener que correr hacía atrás y valerse de la técnica defensiva de sus jugadores. Por eso el Madrid genera tantas ocasiones cuando logra hacer que el partido sea de transiciones, y por eso el que Guardiola activaba a Xavi en posesión defensiva.

    Por otro lado, es que el Madrid de Mourinho no es un equipo que esté diseñado para presionar el primer pase, y de hecho, son sensiblemente inferiores en eso al Barça saliendo, pero, tienen jugadores que le permiten intentarlo, además de que no necesita una presión académica para incomodar, que es lo que busca, más que robar, porque su defensa fuerte es sobre Xavi, Iniesta, Cesc... Un poco como el primer Barça de Pep, cuya presión era más física y psicológica que académica, y saca réditos

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    1. Impresionante.
      Me ha vuelto a dejar usted sin argumentos.

      Veo que poca gente comprende tan bien el funcionamiento táctico del fútbol actual como usted, ¿qué razones cree que son las más influyentes en esta mala racha del Barcelona fuera de casa? Por contrarrestar un poco la mala suerte a la que apela hoy el diario El País. Aunque posteriormente apunte otros errores más criticables que el azar.
      http://www.elpais.com/articulo/deportes/revulsivo/llama/Guardiola/elpepidep/20120130elpepidep_6/Tes

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    2. Bueno, el tema del Barça da para muchos comentarios. A grosso modo estoy muy de acuerdo con Besa, mas es importante aclarar ciertas cosas, que creo Ramón no puntualiza muy bien en su reflexión.

      La primera, y muy importante, es que Guardiola, por primera vez en cuatro años, ha preferido dejarse puntos, a dejar de evolucionar el sistema. Las temporadas anteriores arrancaba con ideas nuevas los primeros partidos, pero a medida que puntos vitales de la temporada se acercaban, olvidaba los experimentos y volvía a lo básico y menos exigente para su equipo. Luego, con ya triunfos encima, corregía, mejoraba, cambiaba y el equipo llegaba a su tope. Esta temporada no ha detenido ni una sola vez los cambios, y estos están siendo, también por primera vez, muy signficativos en el juego.

      2- Xavi está teniendo una temporada del nivel que tenía cuando estaba Rijkaard, muy buen futbolista, pero lejos del jugador diferencial y condicionante de la temporada 2011. Ha perdido peso en el sistema de Pep, y Cesc no ha logrado rendir en la base... Y es normal, lleva tres años sin que se le pida ser "ejercito, no sólo cañón" (Parafraseo a un amigo). Guardiola tendrá que invertir tiempo en Cesc. El cambio tiene mucho impacto, el Barça es mucho más agresivo y vertical, lo cual no es malo per se, pero el equipo, la manta perfecta, se ha agujereado, y aunque tiene momentos brillantes en ataque, en defensa está pagando porque las pérdidas no tienen la misma calidad que antes y hay jugadores, como Piqué, que ya no tienen respuesta individual a esas situaciones, a las que el Barça 2009, el del triplete, también se exponía.

      3- Ante el Villarreal el Barça jugó mal. Normal, jugar bien no había sido excesivamente necesario para que el Barça ganara casi todos sus partidos. Sin sublimar el juego, el Barça goleaba a sus rivales. Hoy hay cosas que supongo no permiten eso. Frescura mental, más que todo, diría yo. Guardiola ha lidiado ya con situaciones así -Temporada 2009/10 - y las ha solventado bien. Hay que confiar en él, que es demasiado bueno.

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  5. Muy buenas reflexiones. Y muy buena pinta el blog. Tengo que ir "estudiándomelo" poco a poco.

    Un saludo!

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  6. "Enfrente el mejor equipo de la historia, el mejor jugador de la historia y un entrenador de leyenda. Y compiten."

    Y usan sistemáticamente todo tipo de recursos extra-futbolísticos para hacerlo.

    Perdonemé, compiten si, pero aplausos no merecen ninguno.

    Un abrazo.

    Santiago Sinelnicof

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  7. @ Hellacopter

    Gracias por pasar. Espero tus comentarios! Y habla del Athletic cuando quieras ;)

    @Santiago Sinelnicof

    A mi es que me gusta hablar de fútbol, sólo de fútbol. Y eso hago.

    Un abrazo!

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  8. No es justo que se hable "sólo de fútbol" cuando un DT promueve, por sistema, el uso constante de recursos extradeportivos. No estoy hablando de Villaratos, estoy hablando de los recursos que emplea, por sistema, Mourinho, en todos sus clubes.

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    1. Yo no sé si el DT lo promueve, aunque lo utiliza luego para la particular guerra dialéctica. A mi se escapa el que un entrenador ordene a sus jugadores cometer acciones que les garantizan la expulsión. Yo no recuerdo actitudes así de sus futbolistas en sus anteriores equipos. También es cierto que en sus anteriores equipos, eran los mejores y no tenían que sufrir la frustración que debe significar jugar ante el Barça. No justifico, sólo trato de entender.

      Y me alegra que no hable de árbitros. Es increíble lo mucho que se acusan forofos de uno y otro equipo de que el rival es dueño de los arbitrajes.

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  9. Mourinho es un pragmático integral y si él entiende que hay un recurso que puede usar para obtener ventaja, lo usa. No tiene un ápice de deportivismo en su accionar, y tampoco lo demanda (en esto es íntegro). Lo que yo no entiendo es que la gente le otorgue el beneficio de la duda a alguien que lastima el deporte por conducta, frente a rivales que se abstienen de operar de la misma forma.

    En Inter se veía menos porque tenían más experiencia y lo hacían con mucho más disimulo. En Chelsea no llegaban a los extremos de Pepe, pero la violencia excesiva por método y el inmediato reclamo al árbitro incluyendo acusar al rival de tirarse cuando había recibido un claro foul, ocurría todos los partidos.

    En el fútbol históricamente es muy difícil para un árbitro expulsar a un jugador, el espectáculo se resiente. Es histórico y jugadores violentos se han beneficiado siempre del detalle. Pero Mourinho lo usa como parte integral de los planteos, si presiona en toda la cancha busca que la falta táctica sea alevosa para que el árbitro dude en expulsar, pero el rival se sienta impotente ante el choque.

    Por otro lado sus presiones al entorno arbitral y los jugadores y técnicos rivales son desleales. A Messi, tras el partido de Stanford Bridge en 2006, le cargó tanto de tensión con el tema del Teatro, que en los primeros minutos de la vuelta en el Camp Nou se lesionó, y se perdió la final y prácticamente de jugar un mundial con Argentina.
    La historia del árbitro amenazado tras sus declaraciones es conocida.

    Como un ejemplo de antideportividad pragmática, te propongo que revises los cuatro clásicos de finales de la temporada pasada, y mires muy atentamente cómo terminan las arrancadas de Messi por dentro. Hay un choque de Xabi Alonso o Khedira, que desbalancea a Leo, y coordinadamente Carvalho da un paso adelante para que al caer Leo golpee contra sus piernas. Revisalo, lo hicieron múltiples veces, está entrenado y es por sistema.

    En fin, ni entrar en manipulaciones del entorno antideportivas como ensuciar al rival con los temas arbitrales, lo hizo en Portugal ("En condiciones normales"), con Ferguson ("No quiero que nadie le grite al árbitro"), en Italia ("Prostitución intelectual") y ahora en España, acusando a Pep Guardiola, que venía de darle la mano en su victoria de Copa del Rey, de haber ganado por los árbitros. Es METODO. No es "sincero", "políticamente incorrecto", "que no se calla nada", etc. Eso será Luís con su culo pelao. Mourinho sigue un guión muy bien escrito por si mismo, que le permite generar en sus dirigidos y en el entorno las actitudes que él busca para hacer la diferencia en el momento de la verdad.
    Alguna vez le escribí a Ruben Uría que "el dedo en el ojo mejora el juego de posición", y realmente creo que el método Mourinho se debe resumir en esa frase. No hay un personaje y un entrenador disociados. Hay un único tipo, extremadamente capaz, inteligente, formado, valiente y experimentado, pero que es dañino para el deporte y un soberano hijo de puta. Y la verdad es que, como te decía, para mi no merece aplausos. Aunque compita de puta madre.

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    1. No sé, personalmente no suelo hablar de las personas por las apariencias. Así como se puede ver de esa manera, se puede hablar del tipo al que muchos de sus futbolistas quieren como a un padre, que llora con/por ellos y trata de defenderlos de todo.

      De todas formas, me remito a mi misma frase: Sólo hablo de fútbol. Las guerras dialécticas de Mourinho, y Pep, que también es muy bueno en eso, con palomitas, a reírme y no hacer caso alguno. En el fútbol no busco espejos morales, ni nada por el estilo. Entiendo que otras personas tengan un mayor interés por eso. Formas distintas de vida, supongo.

      Un saludo.

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  10. Excelente Análisis Kundera; se nota que tienes algo de tiempo estudiando el fútbol en su máxima expresión, y esa es la realidad actual entre los dos mejores Clubes del momento... Tambien estoy de acuerdo contigo Santiago; describiste a Mourinho de la manera que realmente es, acotar algo más sería una grosería. Saludos desde Venezuela.

    Pedro Fermín

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    1. Muchas gracias. Tampoco soy un genio, un gurú o algo por estilo. Soy una persona que se interesa por esto, lee, intercambia opiniones, analiza, observa y se toma tiempo que otros no.

      Gracias por pasarte.

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