jueves, 26 de agosto de 2010

Ibrahimovic, causas y consecuencias



La situación de Zlatan Ibrahimovic y el Barcelona es crítica. Ibrahimovic llegó al Barcelona dispuesto a darle un techo futbolístico más alto, pero diversos motivos, varios de ellos ajenos al delantero sueco, desembocaron en un final de temporada tétrico, en el que el Barcelona, que había barrido con casi todos sus rivales la temporada pasada, se convirtió en FC Messi y comenzó a vivir sólo de las rentas del Argentino, mientras el ambicioso segundo año del proyecto Guardiola resultaba un fracaso en cuanto a fútbol, que no de títulos ni estadísticas.

Los primeros meses de Ibrahimovic en el equipo fueron buenos en cuanto al rendimiento y productividad, incluso llegó a decidir el primer clásico de la temporada con su gol al Real Madrid; Sin embargo, los problemas comenzaron a aparecer. Zlatan es un 9 especial hasta el defecto. Es la contraparte de Kaká, el centrocampista más delantero del mundo, por cuanto Zlatan, a pesar de ser claramente delantero, siente la administración de la frontal casi que como un 10, y no dota a su equipo de ocupación del área, al menos no de la manera en que lo hace un 9 común. El desmarque de ruptura en Ibrahimovic casi que no existe y, ante esa situación, los recursos Iniesta y, sobre todo, Henry debían lucir  con mayor brillantez que el curso inmediatamente anterior, en el que el Barcelona había gozado de un 9 al uso. Además de la falta de profundidad, Zlatan muestra su mejor fútbol en el mismo lugar que el mejor jugador del mundo, en la frontal del área. La bajísima forma de Henry obligó a Pep a alinear a Iniesta muchísimas veces como falso extremo izquierdo (La teoría de los tres "10"), formando así un tridente con tres jugadores con tendencia administrar el carril central, haciendo que, en lugar de multiplicar su fútbol entre sí, terminaran restando. El fútbol del Barcelona terminó degenerándose, y se volvió fácil de defender debido a la falta de profundidad y de presencia en el área (Los dos segundos que el Barcelona se detenía a esperar que el área estuviese ocupada, resultaban en dos segundos de oxígeno necesario para el rival y dañino para el Barcelona). Ibra no tenía la culpa, pero era parte sustancial del problema.

El fútbol es, sobre todo, un estado de ánimo, y la situación descrita en el anterior párrafo llevó al Barcelona a un estado de ansiedad peligroso. Dependientes absolutos de Messi, el rendimiento individual de varios jugadores menguó, en especial de Zlatan que, de ser fácilmente uno de los cinco delanteros con mayor tecnica en el mundo, pasó a fallar controles y pases sencillos.  Pedro comenzó a empujar fortísimo desde la suplencia, a punta de goles y fútbol, y terminó casi que sacando a Zlatan del equipo titular del Barcelona. El divorcio Ibrahimovic-Barcelona había empezado a fraguarse y el representante del sueco hizo el papel de moza, convirtiéndose en el catalizador de la situación hasta el punto al que ha llegado hoy, a falta de pocos días para el fin del mercado de pases y en la antesala del inicio de la Liga BBVA.

El futuro: Principio de la Incertidumbre

Con Ibrahimovic más cerca de Milán que de Barcelona, las preguntas sobre el futuro del Barcelona se hacen imperantes. El fichaje de David Villa se entendió como un guiño al delantero de origen Bosnio, pues el español hubiese dado ese grado de profundidad, presencia en el área y gol que Zlatan, desde la frontal, no da; Sin embargo, ante la situación actual, uno tiende a pensar que Pep repetirá la formula de la final de Roma y del 6-2 al Real Madrid: Lionel Messi como falso 9.

Aquellos dos partidos aparecen en el historial del proyecto Guardiola como los mejores, junto a un par más, y los más mediáticos, sin discusión. Fueron el clímax, al menos de lo que va, de la era Guardiola, y ambos tuvieron la particularidad que Lionel Messi administró el carril central jugando como falso delantero centro, posición desde la que Messi hace estragos, nada nuevo, y regala un techo futbolístico mayor que desde cualquier otra posición y que cualquier otro futbolista hoy día.

El porqué de ello es fácilmente explicable haciendo alusión al principio de incertidumbre de Heisenberg. Siempre consideré más fácil explicar dicho principio desde la pregunta contraria, es decir, ¿Qué es la certidumbre? A lo cual se responde que la certidumbre es, en relación al principio de Heisenberg, saber exactamente dónde y cuándo está algo. El principio reza que cuando se trata de electrones, la certidumbre es imposible. Relacionándolo con Messi, Lionel jugando como falso delantero centro, es un electrón, y el cuadrado o triángulo que forman los centrales y los mediocentros (O interiores) rivales los científicos que quieren saber dónde y cuándo está Messi, sin éxito alguno. Lionel está, no está y llega. Va, no va y viene. Revolotea libremente en esa zona sembrando duda en el sistema defensivo del contrario, además de generar espacios, ventajas y contextos favorables para su equipo desde la administración de ese espacio y de su contacto con el balón (Entre menor sea más peligroso se vuelve), sumado obviamente al peligro que generan sus cualidades (Regate, gol, pase, etc) tan cerca del área.

Para complementar ello, Pep usaría dos extremos con un perfil similar al desempeñado por Stoichkov en su época en el Barcelona: Diagonales de afuera hacía adentro, desmarques de ruptura, presencia en el área, apertura del campo, y gol. Clarísimo queda que David Villa sería uno de los dos extremos, seguramente el izquierdo, pero el extremo derecho quedaría cojo con sólo Pedro y Bojan llenando el perfil. Quién suscribe considera a ambos buenos jugadores, pero no cree en ninguno de los dos como titulares indiscutibles en el FC Barcelona, por lo que lo ideal sería buscar otra pieza en el mercado, y, a falta de poco tiempo para su final, el único nombre que suena es Robinho.

El brasileño es un jugadorazo, capaz de sustentar el discurso futbolístico de un equipo grande, de condicionarlo todo. Lo hemos visto hacer eso en su último año en Madrid y en la selección brasileña. Tiene fútbol inagotable y ofrece, además, el perfil táctico que requeriría Pep. El Barcelona ganaría muchísimo fútbol en ofensiva y adquiriría un techo aún más alto de lo que significaba Ibrahimovic de 9. Y por supuesto ganaría el fútbol y nosotros los espectadores.

2 comentarios:

  1. Grande tu blog, Kundera.Buen título el de fútbol de centrojás, la cabecera también mola, pero molaría más una de Guardiola-Redondo para que coincidiera con el título^^

    Sobre el artículo de Ibra gran análisis,de los mejores que he leído sobre el paso del sueco por el Barça, muy de acuerdo en todo. Especialmente aclarador para mi este párrafo:
    "El fútbol es, sobre todo, un estado de ánimo, y la situación descrita en el anterior párrafo llevó al Barcelona a un estado de ansiedad peligroso. Dependientes absolutos de Messi, el rendimiento individual de varios jugadores menguó, en especial de Zlatan que, de ser fácilmente uno de los cinco delanteros con mayor tecnica en el mundo, pasó a fallar controles y pases sencillos."

    Es curioso que siempre hablamos de que los problemas de fuera del campo influyen en el juego, y nunca consideramos que también puede suceder a la inversa, que como bien explicas es lo que ha sucedido en este caso.

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  2. @Javiculé

    Gracias por tus palabras! Son inyección de ánimo para seguir dando guerra en la red. Y lo pensé, pero es que no quería poner a Pep por temas que todos conocemos... Si no estuviera en el puesto que está, esa sería la cabecera, por contra está uno de mis jugadores favoritos (Platini), el Diego que se explica por sí mismo, Sócrates como "emblema" de Brasil 80's, y Robinho como jugador fetiche. La próxima tendrá a Riquelme casi que seguro.

    Y sí. Yo estoy más que seguro que la ansiedad en el Barcelona la temporada pasada, con Ibrahimovic como bandera, es cíclica. Están ansiosos porque en el campo las cosas no salen, y en el campo las cosas no salen porque están ansiosos. Círculo vicioso dañino. Ibra no era el culpable, pero era parte esencial del problema.

    Esperemos a ver como se desarrollan las cosas, pero hoy día la plantilla del Barcelona se me antoja cortísima, que no limitada porque tienen a Messi, y los veo dependiendo de Lionel nuevamente. O llega un jugador como Robinho, o las cosas serán muy difíciles para Pep. Y sobre él hay mucho que decir... Su labor, más allá de lo bonito del primer año, está comenzando a tener muchas goteras.

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